viernes, 6 de mayo de 2011

Capítilo 2

La cena
Luna va a la habitación de Dumbo  y le pregunta:
-¿Ha pasado algo con Javi? Se ha ido muy deprisa- pregunta Luna con curiosidad.
-¿Qué pasa querías que se quedara contigo?-contesta Dumbo  súper borde.
-Bueno déjalo, dile a mama que me he ido a dar un paseo.
-¿Hasta casa de Javi?
-Dumbo, si quieres  que te deje e n paz, déjame tu a mi- contesta Luna- me voy, pasa de mi.
Luna da un portazo y se va.
Al principio no sabe dónde ir y sin querer Dumbo le ha dado una idea. Va a ir a ver a Javi. Cuando este allí va a preguntarle qué le pasa y si ha hecho algo mal.
Javi vive en el barrio pijo de Palma. Desde su casa hasta la de Javi hay una buena tirada a pie, pero como ha dicho, va a dar un paseo.
La casa de Javi es impresionante, solo ha ido una o dos veces pero le encanta, la entrada es muy grande y espectacular. Por dentro está decorada con un toque chic y moderno.
Cuando ya está en su casa, toca el timbre y abre su mellizo, Imanol, no se parecen pero es igual o incluso más guapo que Javi.
Imanol va a buscar a su hermano.

-¡¡¡Javi!!!- grita Imanol- ¡es Luna!
Como Javi no va hacia allí decide ir a buscarlo.
-Javi, es Luna, está en la puerta.
-No quiero ir, dile que no estoy.
-¿Ha pasado algo? El otro día no parabas de hablar de ella ¿Y ahora no quieres ir a saludarla?- pregunta Imanol.
- Es que Dumbo se ha puesto muy borde cuando nos ha visto hablar imagínate si sabe que nos vemos a escondidas.
-Bueno, tu sabrás ¿le digo qué ese vaya?
- Si por favor, dile que antes me he ido de su casa porque me encontraba mal y que ahora estoy en la cama por fiebre
-Ok, lo que tu digas.
Imanol va hacia la puerta y le dice exactamente lo mismo que le había ordenado su hermano.
La madre de Dumbo y Luna llega a casa casi al mismo tiempo que Luna. Les comunica a sus hijos que tienen una cena en casa de los Fernández esta misma noche. Dentro de tres o cuatro horas.
Luna se va a su habitación, abre la puerta del armario empotrado y ojea la ropa colgada con perchas, la coge y la tira encima de la cama. Coge percha por percha, mira la prenda y, si le gusta la pone encima del escritorio.
Media hora después tiene el modelito decidido, botines con tacón con un lazo en cada uno, vestido marrón claro, de lana, hasta la rodilla y chaqueta de piel, todo en tonos marrones. Se mira en el espejo, se dirige al baño y enchufa la plancha del pelo. Ahora se va a la habitación, coge las medias color carne y se viste.
Abre el cajón de la mesita y coge el neceser de corazones rojos, lo abre y coge el “eyeliner” negro y el “gloss” rosa pálido.
Va al baño, se plancha el flequillo recto y se hace una coleta en el lado derecho. Coge la plancha, ya caliente y se riza la coleta.
Se mira en el espejo y se maquilla marcando el “eyeliner” en los extremos. Lista.
Se va a la cocina y le dice a su madre que ya esta lista.
Se sienta en el sofá y se pone a escuchar el ipod.
Dumbo no tiene prisa. Piensa que aunque no le dé tiempo a vestirse el va guapo.
Su madre le llama a la atención y le dice que la ropa que lleva no es adecuada y que se cambie.
Dumbo va a su  habitación, enciende el ordenador y pone música. Coge lo primero que encuentra en el armario. Va al baño con la ropa elegida, se viste, se peina y sale.
El resultado son unos vaqueros, con una camisa azul claro y unas deportivas elegantes. Su peinado también es elegante. Una cresta no demasiado larga y con muy poca gomina.
-¡Dumbo tenemos que irnos, los Fernández esperan!
-Luna cariño no le digas Dumbo a tu hermano.
-Pero papi es que todo el mundo le llama así.
-Bueno, está bien- dice su padre convencido- ¿estás lista?
-Si papa podemos irnos.
Carlos, sale acompañado de su hija hacia el coche mientras su madre, Lidia, espera a Dumbo.
Ya en el coche se dirigen a casa de los Fernández. La casa de los Fernández, que son los amigos de toda la vida de su madre, está ambientada en la antigüedad, es elegante, incluso demasiado.
Ya en casa de los Fernández, suben hasta el tercer piso, tocan el timbre y esperan hasta que les abran la puerta. Cuando les abren, el señor Fernández coge los abrigos y la señora Fernández les acompaña dentro, como siempre, en el salón esperan sus dos hijos Amanda y Carlitos.
En esa casa, parece que tienen un horario, porque todo siempre va igual.


-¿Qué tal con los novios? ¿Tienes alguno?-pregunta Carmen curiosa.
-No, no tengo- dice Luna- por lo menos aun no.
-¿Qué pasa, Javi aún no ha tenido narices de preguntártelo?-dice Dumbo enfadado.
-Te he dicho que no te metas en ese tema y que me dejes en paz- replica Luna.
-Yo me meto donde me da la gana, y respecto a lo de dejarte en paz, voy a hacerlo cuando me dé la gana.
Todos se quedan boquiabiertos, pero no dicen nada.
-Ahora entiendo porque se  ha ido tan rápido Javi, eres insoportable- contesta Luna perdiendo los nervios.
-Yo no soy insoportable, por lo único que se ha ido Javi es porque ya no podía estar ni un minuto más con una sabionda como tú.
-…
-Basta ya chicos, parece que tenéis dos años- interrumpe su madre.
El resto de la cena fue muy tensa, nadie dijo ni intercambio miradas con nadie por miedo a que se produjera algo parecido a la riña de antes.

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